La confección de este volumen se debe a muchos hombres, difuntos unos, vivos los otros, de quienes me he permitido tomar lo esencial sobre todo en lo que a historia se refiere. Gracias al interés de ellos por las cosas de la tierra me he ilustrado para hacer algo que no carezca de variedad. Por otra parte, gentes del siglo pasado me han contado lo que a su vez ellos escucharon de sus padres y se ha trasmitido en forma oral de generación en generación. Abundan la leyenda, la fantasía y acaso la invención, pero son elementos inocentes que dan sabor al pasado y adornan, las arideces de la Historia con orlas de encanto y misterio. Hay gentes crédulas que aceptan encantadas todo lo que vine del pasado con sus mentiras, sus exageraciones, sus invenciones. ¿Donde no habríamos de conservar en ellas la ilusión de que así fue, sin hurgar la verdad de tal o cual hecho haciéndole perder el encanto a la ficción? Sé que he repetido lecciones de Historia Patria al describir y relatar hechos y personajes del pasado, pero creo que es bueno refrescar la memoria que superficialmente aprendimos ahora, si se encuentran algunas fantasías referentes a héroes (sobe todo a los de la Revolución de 1809), es porque nadie me impide forjar una biografía de situaciones y condición de aquellos. Perdonado me sea tan inocente pesado y bienaventurado no si he logrado añadir interés a tan simpáticas y entrañables figuras. Por otra parte, recordar tales hechos y dar nueva vida a tales hombres, es un deber, y tenerlos presentes siempre, un tributo justiciero