1.La personalidad del gran caudillo Pedro Domingo Murillo. Escribir el prólogo de cualquier libro ya sea uno grande o un simple folleto como el caso que nos ocupa, es lo que en buen romance lamamos vituperio. Ya que se trata de exponer una síntesis de lo escrito por el autor, haciendo resaltar lo bueno de la obra. Pero en este caso prefiero apelar a la pluma de un gran creador boliviano como es don Arturo Costa de la Torre, es por eso que no encuentro algo más apropiado que insertar en este pequeño breviario histórico a manera de prólogo, un fragmento de la página 19 de uno de sus variados libros: "Estirpe y Genealogía del Protomártir Pedro Domingo Murillo" con el subtítulo de Notas Históricas, por señalar este, en forma clara la ímproba tarea en que se hallan empeñados todos los investigadores de nuestra historia: Esquejar en sus múltiples facetas históricas la personalidad del gran caudillo Pedro Domingo Murillo, es magnificar su excelsa figura revolucionaria solo comparable con los elegidos de la gloria. Su personificación debe ser la inspiración permanente de todo quehacer en todos los campos de la literatura nacional, relievando su asombrosa clarividencia y la tenacidad con que soportó toda la secuela de martirios, confiscaciones y extorsiones en su vida pública, hasta la hora crucial de su holocausto del día 29 de enero de 1810 por una injusta y bárbara sentencia. Evocar a este insigne Patricio paceño que nos legó Patria y Libertad, es hacerle justicia, es rendirle pleitesía, veneración y recuerdo, es actualizar su gravitación revolucionaria y su intuición genial que rebasó los límites de la intuición de una época, que más tarde, fue el ejemplo de los más destacados próceres de América